A diario cientos de personas tienen problemas, que para ellos son los peores (comparados con los de los demás). Unos cuantos los solucionan y decenas los abruman.
Una persona millonaria sabe que todos los días tendrá que resolver problemas, por tanto ya aprendió cómo hacerlo, pero una persona pobre supone que un problema es una maldición y espera que alguien se lo solucione (sea dios, político, amigo, progenitores, etc.).
El rico ha aprendido que debe entender el problema para encontrar muchas soluciones, es decir, lo encara para desmenuzar parte por parte, en cambio el pobre le da la espalda, para ver si en algún momento todo cambia.
Si ya quieres pasar al grupo de los ricos, el primer paso es seguir la aseveración de Albert Einstein: “La formulación de un problema, es más importante que su solución”. Formula y encontrarás soluciones, evita y encontrarás más problemas.
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